Los antiguos griegos denominaron a este animal caballo (hippos) de rio (potamos). Se trata de un paquidermo (artiodáctilo) que puede medir 5 metros de largo y, al estar recubierto de grasa, flota fácilmente en el agua; sólo asoma fuera de ella su nariz, sus ojos saltones y sus orejas: ello le permite soportar el durísimo sol ecuatorial. Se alimenta de hierbas, cañas y raíces. Sus enormes caninos pesan varios kilos cada uno y son muy buscados por la finura de su marfil. No es raro que los pájaros aprovechen los frecuentes bostezos del hipopótamo para penetrar en su enorme boca y picotear los residuos vegetales que hayan podido quedar adheridos a sus dientes.
El enorme hipopótamo
Universo animal | hipopótamo | mamíferos | Este enorme animal pasa sus días holgazaneando en el agua de los ríos y lagos del África ecuatorial. Prefiere el medio líquido porque exige menos esfuerzo para transportar sus tres buenas toneladas de carne, huesos y grasa.
Los antiguos griegos denominaron a este animal caballo (hippos) de rio (potamos). Se trata de un paquidermo (artiodáctilo) que puede medir 5 metros de largo y, al estar recubierto de grasa, flota fácilmente en el agua; sólo asoma fuera de ella su nariz, sus ojos saltones y sus orejas: ello le permite soportar el durísimo sol ecuatorial. Se alimenta de hierbas, cañas y raíces. Sus enormes caninos pesan varios kilos cada uno y son muy buscados por la finura de su marfil. No es raro que los pájaros aprovechen los frecuentes bostezos del hipopótamo para penetrar en su enorme boca y picotear los residuos vegetales que hayan podido quedar adheridos a sus dientes.
Los antiguos griegos denominaron a este animal caballo (hippos) de rio (potamos). Se trata de un paquidermo (artiodáctilo) que puede medir 5 metros de largo y, al estar recubierto de grasa, flota fácilmente en el agua; sólo asoma fuera de ella su nariz, sus ojos saltones y sus orejas: ello le permite soportar el durísimo sol ecuatorial. Se alimenta de hierbas, cañas y raíces. Sus enormes caninos pesan varios kilos cada uno y son muy buscados por la finura de su marfil. No es raro que los pájaros aprovechen los frecuentes bostezos del hipopótamo para penetrar en su enorme boca y picotear los residuos vegetales que hayan podido quedar adheridos a sus dientes.