Hace un millón de años, en los llanos de América del Sur se hallaba extendido el Onactomis, un pájaro corredor gigantesco, de casi tres metros de altura.
Poseía un pico fuerte y curvado, que alcanzaba casi los 40 centímetros de longitud. De temperamento feroz, esta ave atacaba también a los grandes mamíferos del llano, procurando desgarrarles el vientre de tal forma que murieran desangrados y él pudiera después disponer de una abundante fuente de alimentos. En este mismo ambiente vivieron muchas otras aves carnívoras, igualmente fieras y peligrosas, si bien de dimensiones más reducidas. Algunas de ellas vivieron hasta épocas recientes, como el Aepyornis de Madagascar, al que se refieren las antiguas leyendas. Se trataba de una enorme ave de tres metros de altura y más de 500 kilos de peso, que se sostenía sobre dos recias patas de corredor.