Universo animal | reptiles | Las serpientes o culebras ven muy bien, pero sólo a distancias cortas. Hasta sus ojos son distintos de los de los demás animales. La serpiente tiene una escama transparente sobre cada ojo, como una ventana, para impedir que penetren el polvo y la tierra. En realidad es un párpado, pero inmóvil. Por eso nunca parpadea. Parece como si siempre tuviera la mirada fija. Hasta cuando duerme tiene los ojos abiertos.
La serpiente no tiene garras, por lo que no puede hallar su camino a tientas. Tampoco tiene bigotes que le sirvan de anténulas, como a las panteras, los gatos o los leones. Las orejas de la serpiente no son como las de muchos otros animales, y no puede oir en la forma ordinaria. Podo ello hace que nos preguntemos cómo se las arregla para conservarse tan bien. ¿Por qué no cae constantemente en el peligro?
Le ayuda el cuerpo, porque la serpiente puede sentir las vibraciones del suelo. Además, la culebra tiene algo que compensa su falta de órganos ordinarios. Quien haya observado una serpiente habrá visto que saca y mete rápidamente su lengua ahorquillada. Esa lengua rápida y sensible es el instrumento por el cual se guía la serpiente.
Al arrastrarse, la serpiente toca ligeramente el suelo con la lengua. La punta ahorquillada recoge minúsculas partículas que lleva a un lugar de la boca en que tiene el olfato. La lengua es muy delicada. Cuando no la usa, la guarda en una funda carnosa en la parte inferior de la boca.