¿De qué se alimentan los tarros?
La comida del tarro, un ave de la familia de las ánades, se compone principalmente de animalillos que viven en las playas y ciénagas, como bígaros, buccinos, cangrejos, isópodos, gusanos y pececillos. En ocasiones come también algas y alguna que otra planta. Las observaciones realizadas por el investigador P. J. Olney acerca de la alimentación de los tarros a lo largo de la costa inglesa mostraron que se nutren sobre todo de un caracolito llamado Hydrobia ulvae. Este caracol es uno de los pocos animales que viven en ciénagas, donde se le encuentra en grandes cantidades. En un lugar se registró la increíble densidad de 60.000 por m². Los caracoles se desplazan con la marea; flotan hacia la costa con la pleamar y se alimentan en el barro durante el reflujo, enterrándose hasta que la marea vuelve a subir. El tarro blanco (igual que el ánade silvestre, el pato rabudo y otros) cae sobre los caracoles mientras hacen éstos su camino por el barro o bien los desentierra si ya se han ocultado. La aparente dependencia del tarro respecto a estos caracoles implica que su mortalidad arroje un índice muy elevado cuando se hielan las ciénagas, durante los inviernos fríos, haciendo inaccesibles a los caracoles.