A pesar de su apariencia gruñona los demonios de Tasmania pueden ser mascotas maravillosas y apegarse muy bien a las personas con las que conviven.
En la naturaleza, los demonios de Tasmania dejan que se las recoga y manipule, incluso cuando se están alimentando. Esto es increíble, ya que a la mayoría de los animales, incluso el perro de la familia, no les gusta ser molestados cuando comen.
Los demonios de Tasmania se alimentan de cualquier carne e incluso matan a animales más grandes que ellos. Los demonios de Tasmania tienen de 30 a 60 cm de largo con una cola de 30 cm de largo.
Su pelaje es de color negro con manchas blancas en la garganta. Parecen pequeños osos con hocidos parecidos a los de los cerdos. Los demonios actualmente sólo se les encuentra en Tasmania, aunque en un momento en el pasado habitaron Australia.
Un agricultor de Tasmania tenía dos demonios que llevaba consigo a dondequiera que iba, incluso a la ciudad. Los mantenía atados con correas como si fueran perros. El lado negativo de los demonios es que el olor de su pelaje, sobretodo el de los machos, es un tanto desagradable.