Algunos dinosaurios tenían cabezas extrañas con brotes óseos en forma de bultos, placas, protuberancias, crestas, cuernos y cascos. Y de la manera en que actualmente las formas extrañas o parches coloridos en los reptiles, aves y mamíferos tiene la función de llamar la atención, probablemente la extrañas formas de las cabezas de los dinosaurios tenían el mismo propósito. Podrían haber utilizado su apariencia para atraer a una pareja, dar miedo a un enemigo, o simplemente indicar cómo se sentía un dinosaurio: feliz o enojado.
Para el ataque o la defensa una cabeza ósea bien podría actuar como un formidable ariete o una especie de casco de seguridad.
Las cabezas más espectaculares pertenecían a un grupo de dinosaurios llamados hadrosaurios, o pico de pato, llamados así por sus picos amplios y sin dientes.