Los tigres rugen para comunicarse entre sí en situaciones tanto receptivas como hostiles. El rugido de un tigre es el más fuerte de todos los felinos y puede compararse con un concierto de rock en vivo o una fábrica de acero. A más de 110 decibelios, el rugido de un gran felino es algo más que el umbral de dolor para el ruido de un ser humano medio. El sonido puede superar los 3 km (2 millas), por lo que rugir es la mejor manera de comunicarse a grandes distancias y revelar su ubicación a posibles compañeros que de otro modo no los encontrarían.
El rugido es una forma muy eficaz para que los tigres llamen la atención; por ejemplo, una madre puede rugir para ayudar a sus cachorros a encontrarla. El rugido también se utiliza para advertir a los tigres rivales que amenazan con desafiar un territorio de apareamiento. Los tigres tienen cuerdas vocales grandes y fuertes que les permiten hacer sonidos fuertes, de baja frecuencia y realmente temibles.
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