El acentor alpino (Prunella collaris) es una típica ave de montana. Anida mas allá del límite de los bosques, generalmente en la cumbres rocosas. Su nido siempre esta perfectamente disimulado en las cavidades de las rocas, en las corrientes basálticas y también, aunque menos a menudo, en un gran bloque de piedra o en un matorral en los pastizales de la montaña. Llegar a descubrirlo exige un gran esfuerzo. También se le ha encontrado en los muros de contención de los chales de montaña. La construcción del nido es muy rudimentaria y generalmente se deshace por completo al retirarlo de la grieta en que se encuentra. La capa exterior presenta briznas de hierba seca, la intermedia se compone de musgo y el interior del hueco esta tapizado con hierba seca, raíces y pelos. La temporada de nidificación es bastante extensa, desde mediados de mayo a julio, y algunas parejas anidan dos veces al año. La nidada esta constituida por huevos de color único cuyo número oscila entre los tres y los cinco. Los progenitores se alternan para incubar durante quince días. Con objeto de alimentar a los polluelos, mientras están en el nido les vomitan el alimento en el buche y más tarde les traen insectos o pequeños invertebrados. Los polluelos abandonan el nido al cabo de catorce o dieciséis días. Se ha comprobado que, en general, el número de aves que abandonan el nido es inferior al de huevos puestos, en una proporción de uno por cada tres. Al crecer, el acentor alpino agrega a su alimentación semillas de hierbas y de otros vegetales. Cuando llega la temporada fría, los acentores se reúnen en las proximidades de las casas de campo y se alimentan de los restos. Si llegan a formarse gruesas capas de nieve, descienden hasta las llanuras y pasan el invierno en sitios no demasiado alejados de sus áreas de nidificación. Se puede decir del acentor alpino que es un ave parcialmente migratoria, que desciende de la montaña hacia octubre y regresa en abril.