El zorzal real (Turdus pilaris) se distingue de los demás Túrdidos principalmente por sus costumbres. Aunque algunas parejas pueden anidar aisladamente, la gran mayoría se reunen en colonias más o menos grandes, en las que es posible contar mas de treinta o cuarenta parejas. El zorzal real prefiere las regiones abiertas; se instala en las vegetaciones antiguas que cubren las orillas de ríos y estanques, en los parques antiguos, en los cotos de caza, en las lindes de los bosques, preferentemente cerca de prados húmedos. El zorzal real es ante todo un habitante de Europa septentrional y central, así como de Asia. Recientemente se ha venido observando un notable desplazamiento hacia el oeste y hacia el sur. Una parte de esta especie es sedentaria, la otra, migratoria. El zorzal nórdico, así como un cierto número de los zorzales que habitan en la Europa central, regresa al sur en otoño, en especial hacia Europa occidental y meridional. La temporada de nidificación se extiende desde abril hasta julio y las parejas que anidan en las regiones mas meridionales lo hacen dos veces por año, mientras que las parejas nórdicas lo hacen solo una. La hembra pone de cuatro a seis huevos que no es posible distinguir de los huevos del mirlo y, al cabo de trece o catorce días de incubación, salen los polluelos, que son alimentados por ambos progenitores. La cría permanece en el nido por espacio de trece a quince días; una vez abandonado el nido, los padres alimentan a los pequeños durante dos semanas mas. La alimentación del zorzal real es animal y vegetal. En invierno, se les ve abalanzarse en grandes bandadas sobre los serbales y otros arbustos de bayas.
Considerado como un manjar exquisito, el zorzal era un ave muy cazada, cosa que aún ocurre en nuestros días.