En el peculiar proceso reproductivo de algunos gusanos, como el palolo del Pacifico, los períodos son controlados par la luna. Los órganos sexuales de los adultos maduran siempre, una vez al año, casi en la misma hora y en el mismo día en que la luna esta en su último cuarto. Entonces se desprenden los órganos junto con la porción posterior del gusano, que asciende a la superficie. Allí se liberan al agua, los huevos y la esperma, y tiene lugar la fertilización. La parte del gusano muere, pero la cabeza y la otra mitad desarrollan nuevos órganos reproductores.