El manatí es un mamífero acuático de América. Colón parece haber observado algunos manatíes en sus recorridos por el Mar de las Antillas y haberlos confundido con sirenas. Esto, así como errores análogos por parte de otros navegantes también afectados por el mito clásico, explica que se haya llamado sirenios al orden que los comprende.
Son mamíferos sin miembros posteriores, con los anteriores en figura de aletas y la cola ancha y plana, adecuada para nadar; sus hembras tienen un par de mamas en el pecho, contra el cual sostienen al hijo cuando lo amamantan. Hay tres especies de manatíes, una en las costas de Florida y el Mar de las Antillas, otra en los ríos Amazonas y Orinoco, y la tercera en la costa occidental de África y los grandes ríos que en ella desembocan. Pasan toda su vida en el agua y se alimentan de lechugas acuáticas y plantas de río, que devoran en gran cantidad mientras están sumergidos. Son animales de tres a cuatro m. de longitud y su carne es muy buena. De la grasa del manatí se obtiene excelente aceite y su piel proporciona un cuero muy duro y flexible, por lo cual son muy perseguidos. En consecuencia, en 1893 se dicto una ley en Florida, E.U.A., que prohibe su caza.
Al mismo grupo pertenece el dugón, mamífero marino que se encuentra en el Mar Rojo, en el Océano Indico y en la parte occidental del Pacifico; es de mayor tamaño y tiene la cola triangular, a diferencia del manatí que la tiene redondeada. El dugón macho tiene el segundo par de incisivos en forma de gruesos colmillos.