Un animal del que se puede decir que está permanentemente hambriento es el lobo. A diferencia del oso, que por ser omnívoro puede más fácilmente saciar el hambre, el lobo es carnívoro y nunca encuentra alimento suficiente.
Azuzado por el hambre, ataca a animales más grandes que el: ovejas y borregos, cerdos, caballos y vacas. El lobo no pasa de los 90 cm. de altura y de los 150 cm. de largo, de los cuales 40 corresponden a la cola. Su "hábitat" se extiende todavía a los Cárpatos, los Vosgos y Ardennes, las regiones montañosas de España e Italia y los Balcanes.