El sistema circulatorio en los animales pluricelulares

   Todos los alimentos que necesitan las células de los organismos y los residuos que éstas dejan son transportados por un medio liquido. Los organismos uni­celulares no precisan de sistema circu­latorio, ya que están rodeados de agua. Pero los pluricelulares, provistos de te­jidos, deben resolver el problema de lle­var agua circulante a las células más alejadas de la superficie. En los animales cuya pared del cuerpo se compone de pocas células, p. ej., la hidra, la cavidad general puede actuar como canal digestivo y órgano circula­torio. En otros animales inferiores con tejidos más compactos, el líquido del cuerpo que rodea las células puede ceder alimentos y recoger los residuos. Pero este transporte es lento. En los animales mayores debe completarse de un modo más rápido. Se requiere una red de tubos gracias a la cual el trans­porte desde el exterior hasta las células individuales pueda realizarse en pocos segundos.

   No es preciso que el sistema circulato­rio sea cerrado. El liquido —en los seres superiores suele llamarse sangre— que circula por los tubos:, puede bombearse directamente en los espacios que rodean los tejidos y recogerse más tarde en una especie de red de drenaje. En cam­bio, en las especies superiores el siste­ma circulatorio suele ser cerrado. Para que el transporte sea eficaz, el li­quido ha de circular sólo en cierto sen­tido. En las especies inferiores, la co­rriente es dirigida por los movimientos del cuerpo del animal, pero en animales más evolucionados observamos una especialización en los distintos puntos del sistema: las paredes de los tubos pue­den encogerse rítmicamente, las válvu­las impiden que el líquido retroceda, etcétera. Algunas especies tienen varias estaciones de bombeo; como la lombriz de tierra. Incluso la lamprea —un ani­mal tan superior dentro de los vertebra­dos primitivos— tiene varios "corazones". En los demás vertebrados sólo una porción del sistema actúa como una bomba: primero un corazón de dos ca­vidades muy simple, luego uno más complicado de tres cavidades y, por fin, en los grupos más elevados, el de cua­tro cavidades. En el corazón de los mamíferos la sangre tiene dos movi­mientos circulatorios: uno para su oxi­genación y otro para el transporte de alimento al cuerpo y eliminación de los residuos. ¡El feto humano pasa por todos estos estadios durante su desa­rrollo!