El hermafroditismo se define por la presencia, en un mismo individuo, de órganos reproductores masculinos y femeninos. Es normal en algunos animales como la lombriz de tierra, la planaria, el caracol o la ostra. Entre los vertebrados puede darse accidentalmente, con cierta frecuencia entre los peces y, muy rara vez, en los humanos.
En general, en los animales hermafroditas los gametos masculinos y femeninos no se producen simultáneamente. En consecuencia al alcanzar la madurez, como sucede con los caracoles, en el momento del apareamiento cada uno fecunda a otro y viceversa.
En algunos casos, como el de la limnea (molusco de agua dulce) puede haber autofecundación: los gametos de un mismo individuo se fecundan. La autofecundación puede ser el modo de reproducción normal, como sucede con el trigo, los chícharos y las violetas, por ejemplo.
Sin embargo, es importante hacer notar que en la mayoría de los hermafroditas existen una serie de mecanismos que tiende a impedir o a limitar la autofecundación pues es un proceso que no favorece la diversificación de la especie.