Los reptiles voladores


   Algunas de los grandes reptiles prehistóricos, en cierto momento, desarrollaron también la capacidad de volar (pterosaarios, del griego, "pteron", ala, y "sauro", lagarto). Estos animales, puesto que no eran aves, te­nían el "pico" dentado.
   El más grande de estos animales fue el pteranodón, que medía ocho metros, de extremo a extremo de sus alas abiertas. Las alas de este verdadero avión viviente estaban consti­tuidas por unos pliegues de la piel, sostenidas por el cuarto dedo de la pata anterior, enorme­mente desarrollado, y unidas a las patas pos­teriores. Volando debía semejar una especie de horrendo, monstruoso murciélago, que revo­loteaba como una sombra siniestra sobre las misiones oceánicas en busca de alimento.