En los bajos niveles de la escala social, los animales de una misma especie a menudo viven juntos en números elevados, constituyendo lo que se denomina un agregado. Esto puede haberse originado por la tendencia de un organismo unicelular a escapar del peligro y aproximarse a condiciones que favorezcan su supervivencia. En niveles superiores, las agregaciones, como bandadas de aves, bancos de peces y rebaños de animales que pacen, ofrecen cierta protección frente a la rapacidad y proporcionan una mayor seguridad a la reproducción.
Para que un grupo sea algo más que un mero agregado, debe tener una organización y sus miembros desempeñar papeles definidos y separados. La más extendida de las subdivisiones es en machos y hembras para la reproducción. Esta diferenciación sexual lleva aparejadas las correspondientes diferencias de apariencia, fisiología y comportamiento.
El paso siguiente puede ser una distribución de los animales según una cierta jerarquía social. En un determinado grupo, algunos individuos tienden a ser más dominantes que los otros, y asumen la dirección. Entre los pájaros, la jerarquía que mantiene a cada uno en su sitio se denomina del «picotazo». Una vez alcanzada una organización, el grupo está en el buen camino para convertirse en una sociedad.