Es muy probable que los seres vivos hayan inducido cambios profundos en la Tierra por el simple hecho de liberar grandes cantidades de oxígeno, mediante el proceso de la fotosíntesis. Al principio, cuando no había oxígeno, las primeras formas de vida eran anaeróbicas. El hierro existe como sulfuro de hierro gris. Cuando aparece el oxígeno, la vida dispone de mayores cantidades de energía, y se desarrolla más rápidamente, liberando aún más oxígeno. El hierro aparece bajo forma de óxido rojo de hierro.
El contenido de oxígeno atmosférico aumenta progresivamente; se piensa que hace dos o tres mil millones de años era mil veces menor al de la actualidad, cien veces hace de uno a dos mil millones y sólo veinte veces menor hace 600 millones de años. La composición de la atmósfera no debe de haber cambiado considerablemente en los últimos 500 millones de años. Hoy día las actividades humanas, y en especial la combustión de hidrocarburos fósiles, aumentan la concentración de gas carbónico en la atmósfera.