El ciempiés, un visitante indeseable de los hogares

Visitantes indeseables
La cubierta del cuerpo de los ciempiés no es impermeable, y mueren fácilmente por dese­cación. Se hallan confinados," por tanto, a los ambientes húmedos, y se les suele hallar entre las hojas del mantillo, montones de estiércol, bajo leños y piedras, entre la corteza de árbo­les y en el suelo; salen al descubierto única­mente por la noche, cuando el aire es húmedo y frío. Un geofilomorfo ibérico, Espagnella fran-zi, vive exclusivamente bajo la corteza semi-desprendida de diversos árboles. Los ciempiés suelen entrar en las casas, y un ciempiés de largas patas, Scutigera fórceps, que se encuentra en habitáculos en las regiones cálidas del glo­bo, es considerado beneficioso porque captura insectos. En Asia tropical, la grande y vene­nosa Scolopendra morsitans se encuentra frecuen­temente en las casas, pero no es, ni mucho menos, un visitante bien recibido. Muchas cuevas de países cálidos albergan ciempiés, en especial los escutigeromorfos, de largas patas, que resultan muy interesantes cuando se los contempla a la luz de lámparas o antorchas, corriendo por el suelo o encaramándose a las paredes.

Cazadores activos
Los ciempiés son depredadores activos que cazan insectos, arañas, gusanos y otras peque­ñas presas. Lithobius forficatus, muy común, acepta fácilmente moscas cuando se halla en cautividad, y una gran Scolopendra tropical que vivió a lo largo de casi un año en el zoológico de Londres se alimentaba principalmente de ratoncillos. En estado salvaje estos enormes ciempiés consumen insectos grandes, como langostas y cucarachas, y también gecos y otros lagartos nocturnos. El ciempiés marino Scoliophanes mantimus ha sido visto comiendo bellotas de mar. Algunos de los geofilomorfos vermiformes se alimentan, parcialmente, de tejidos vegetales.