"Una fuente ilimitada de órganos de repuesto, evidencia de vida extraterrestre y una máquina que te pone en la mente de un animal..."
Estas son algunas de las predicciones acerca del mundo dentro de cincuenta años por parte de un grupo de los científicos más importantes del planeta, entre ellos el psicólogo Steven Pinker, el filósofo Dan Dennett, el astrónomo Rees Sir Martin y el arquitecto de la misión Beagle 2 Mars, Colin Pillinger. La revista New Scientist reunió sus pensamientos con motivo de su 50 aniversario, y la idea más sobresaliente entre estos científicos es de que no estamos solos. Una visita de pequeños hombres verdes en platos voladores parece poco probable en la segunda mitad del siglo XXI, pero los expertos están convencidos de que el universo pronto se volverá un lugar menos solitario. Freeman Dyson del Instituto para Estudios Avanzados de Princeton no se deja intimidar por el aparente fracaso de no haber encontrado algún vecino cósmico hasta ahora. Le dijo a la revista: "Eso demuestra que la vida es más rara de lo que esperábamos, pero no prueba de que el universo no tiene vida. Una vez que encontremos pruebas de vida extraterrestre, seguirán otros descubrimientos, ésto tan pronto como sepamos que es lo que estamos buscando", dijo.
Otro científico, Paul Davies, físico de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe, especuló que tal vez no tengamos que ir muy lejos. "podría ya haber extraterrestres aquí, delante de nuestras narices. La mayor parte de la vida es microbiana, y no se puede saber con sólo mirarlo si un microbio es 'autóctono' o extraterrestre", dijo. "La búsqueda de alienígenas terrestres no ha hecho más que empezar. Si están aquí, pueden ser identificados en breve."
"¿Cuán diferente podría ser la vida extraterrestre de la que conocemos?", se preguntó Chris McKay de la NASA, "Podría ser tan diferente como lo es el idioma inglés del chino."
"La vida en la Tierra también se transformará, los científicos predicen que se desarrollarán granjas designadas para producir órganos humanos. En la segunda mitad del siglo XXI, incluso la medicina más sofisticada del siglo XX comenzará a verse bárbarica.