Los ágiles geckos son famosos por su habilidad de caminar en los cielos rasos y posarse despreocupadamente durante horas en las paredes lisas, esperando a que pase por ahí un insecto desprevenido.
Los investigadores afirman que son unos pelos microscópicos y no otra cosa lo que ayuda a estos simpáticos reptiles a aferrarse tan bien aun en las superficies más pulidas.