El águila real puede medir hasta 2,5 metros; sin embargo, no pesa más allá de 5 o 6 kilos. Se han exagerado mucho los estragos que puede causar el águila. En efecto, no puede llevarse animales cuyo peso sea superior al suyo; por tanto, se conforma con los conejos o liebres que puede descubrir a gran distancia gracias a su extraordinaria vista.
Al igual que otras aves rapaces, el águila contribuye a limpiar la naturaleza de carroñas y de animales enfermos, promotores de epizootias. Así pues, es un animal útil, más valiente que feroz, que caza únicamente para su sustento y el de sus crías, y jamás ataca por el puro placer de matar.