¿Por qué el camaleón cambia de color?


  Pariente próximo de las lagartijas, los luciones y otros saurios, el ca­maleón se halla extendido —en sus casi ochenta especies— por toda África y algunas regiones de Asia. Puede alcanzar los 60 centímetros de longitud, pero la especie más común no supera los 30 centíme­tros.
  Lo que más sorprende de los ca­maleones es la rapidez con la que pueden cambiar de color, pasando del blanco al amarillo, al negro, al verde, al pardo logrando combinaciones fascinantes.
  Se cree generalmente que el cama­león cambia de color para mimetizarse con el ambiente, pero en rea­lidad tales cambios de color se de­ben a las variaciones de luz o tem­peratura del ambiente, y también, en muchas ocasiones, al estado psíquico del animal. Por otra parte, el camaleón no ne­cesita mimetizarse, pues durante la caza puede permanecer largas horas inmóvil en la rama de un ár­bol. Su lengua viscosa, que llega hasta presas situadas a 10 centí­metros de distancia, le asegura siempre comida abundante. Los camaleones poseen un cuerpo especialmente adaptado a su vida arborícola. Sus patas son prensiles, lo mismo que su cola, que puede sostener por sí sola al animal, cuan­do éste se cuelga de alguna rama para capturar una presa. Sus gran­des ojos prominentes pueden girar 180 grados y se mueven indepen­dientemente uno de otro.