El oso hormiguero tiene el cuerpo recubierto de largos pelos que impiden que las hormigas puedan llegar hasta su piel. De ahí que no tema las picaduras de los insectos enfurecidos cuando con sus uñas les destroza los nidos.
Para alimentarse, el oso hormiguero apoya su larguísima lengua cilindrica sobre la muchedumbre de hormigas que salen de su escondrijo descubierto. Confundiéndola con un gusano, se le. echan encima, pegándose a ella gracias a su viscosa saliva.