Gusta mucho de los afidios, los verdes pulgones de la rosa; de ahí que sea una valiosa aliada del jardinero y el agricultor. Allí donde hay mariquitas desaparecen en pocos días los minúsculos pulgones que succionan la linga de las plantas.
Pone sus huevos en las mismas plantas infestadas por los afidios, ya que al nacer las larvas de mariquita son también carnívoras y se alimentan de los conocidos pulgones verdes.
En una estación pueden desarrollarse varias generaciones de mariquitas, pues su ciclo de crecimiento dura poco más de un mes. Cuando llega el frío, estos insectos se reúnen en lugares abrigados y pasan el invierno en letargo. A veces son combatidos y alejados por las hormigas, las cuales consideran a los pulgones como sus «cabras» succionándoles un líquido azucarado que les gusta mucho.