El langur común es el único que abandona los árboles, pasando más de la mitad de su vida en el suelo. El langur de cara violácea de Ceilán y sur de la India, negro, con una abundante melena grisácea, es más pequeño. El langur de anteojos, de Birmania y Thailandia, presenta un pelaje grisazulado con anillos blancos alrededor de los ojos, y labios blancos o de color carne. El langur castaño de Borneo es rojo brillante con cara azul y un penacho detrás de la cabeza. Pertenece a un grupo de pequeñas especies que pesan de 4 a 6 kg, con redondeados cráneos "infantiles"y caras pequeñas.
El sorprendente langur duque, del sur de Vietnam y Laos, está salpicado de azul y gris con trazos blancos, patas pardorrojizas con el muslo negro, manos negras, cola blanca y un collar rojo brillante ribeteado de negro por detrás, mientras el resto del cuello es blanco como las mejillas; la cara es amarilla a excepción de aquéllas. Presenta una banda roja en la parte delantera del penacho, que es negro en su parte posterior. Los ojos son oblicuos, y de cada orificio de su nariz pende un curioso colgajo. Ostenta colores más apagados en la parte sur de su zona de extensión.
Las demás especies de langur ostentan curiosa nariz respingona, a veces con colgajos, como el ya descrito. El rinopiteco dorado vive en las selvas de bambú, en lo alto de las montañas de Sechuan, en China. Dorado por debajo y pardonegruzco por encima, posee largos y dorados pelos aislados y diseminados. La parte superior de la cara es azul. Se encuentran formas emparentadas con él en China central y Vietnam del Norte.
El rinopiteco' más original, el langur de cola de cerdo, tiene color castaño oscuro, con una corta y retorcida cola casi desnuda, bien diferente de la larga cola de todos los demás langures. Habita sólo en las islas de Mentawai, un archipiélago que emerge en aguas profundas, cercano a la costa oeste de Sumatra. Otra especie es el násico, de Borneo, de color rojo ladrillo. En el macho, la larga y aplastada nariz se curva hacia abajo, pero se endereza cuando el animal lanza su llamada de alarma. A los viejos les cuelga por delante de la boca.