Las colas de los dinosaurios
Las colas eran un medio muy útil de defensa para muchos dinosaurios herbívoros, y lo que les faltaba de dientes y garras se veía compensado por una cola formidable. Algunos dinosaurios, como los saurópodos, tenían una cola larga y delgada que utilizaban como látigo. Aparte de su enorme tamaño, la cola era su principal forma de defensa. Los dinosaurios blindados, o anquilosaurios, tenían mazos óseos en la cola, aparte de que estaban protegidos de pies a cabeza con una armadura natural. Los estegosaurios, o dinosaurios con placas, lucían formidables colas con grandes picos afilados que utilizaban para atacar a sus enemigos. Algunos reptiles modernos también utilizan sus colas en defensa propia: los cocodrilos suelen atacar a un contrincante con sus fuertes colas cubiertas de escamas, y muchas lagartijas tienen colas con las que pueden dar latigazos. Sin embargo, ningún reptil vivo tiene aquellas colas espectaculares con enormes picos o mazos que presumían algunos dinosaurios hervíboros para defenderse.