Las garras fósiles de dinosaurios que se han hallado nos dicen bastante acerca del estilo de vida de sus dueños. Los dinosaurios que cazaban y mataban a otros animales tendían a tener garras muy estrechas, afiladas y curvas, como las garras de un águila. Usaban sus garras como dagas, para tener un sujetamiento seguro y evitar que sus desafortunadas víctimas escaparan. Las garras también les ayudaban a hacer un gran daño, o incluso matar a la presa.
Tal vez las más terroríficas garras de un depredador de la era de los dinosaurios fueron las del Deinonychus, o "terrible garra ". Tenía una enorme garra en forma de hoz en su segundo dedo del pie, y largos brazos con tres dedos en las manos. Saltaba sobre su víctima, la desgarraba con sus garras mientras que con su larga cola mantenía el equilibrio.
Otros dinosaurios, como los comedores de plantas y los omnívoros, por el contrario, no tenían garras tan "terribles'. Tendían a ser garras más amplias y romas, ya que no había necesidad de matar. También eran más fuertes y robustas, ya que a menudo tenían muchos usos, desde caminar, raspar o excavar en busca de alimentos.