No, ya que en la Antártida, el lugar donde el pingüino emperador habita, no hay ramitas ni trozos de plantas con que hacerlos. La hembra pone un huevo que luego el macho lleva sobre sus pies dentro de un pliegue de la piel. Así está caliente hasta que se rompe la cáscara.
Cuando el polluelo nace éste nunca toca el suelo helado sino que se para sobre las patas de su padre, allí es alimentado de lo que regurgita su progenitor.