Las arañas poseen muchos enemigos. Aves, pequeños mamíferos, reptiles y anfibios se las comen, igual que los escarabajos, hormigas y ciempiés. Algunas especies de avispas y de icneumones depositan sus huevos en el cuerpo vivo de muchas arañas tomísidas. No es menor la mortalidad que resulta del canibalismo, corriente entre las mismas arañas. En realidad, es muy posible que esta práctica constituya un eficiente medio regulador de su propio número.
