La alondra totovía

   En la naturaleza, tendrá más oportunidades de escuchar a la totovía (Lullula arborea) que de observarla. Su canto es realmente maravilloso, habiendo incluso quienes lo consideran mas hermoso que el del ruiseñor. Es cierto que la totovía canta durante el día, pero es sobre todo en las noches claras cuando deja oír sus trinos aflautados, que duran por lo menos un minuto. Esta alondra gusta de habitar la linde de los bosques de coníferas, principalmente los bosques de pinos, sus claros, las landas cubiertas de brezo, etc. Evita la vegetación tupida, oscura y húmeda. La totovía regresa a sus lugares de nidificaci6n en marzo, incluso hasta abril, pero en ocasiones la podemos encontrar desde febrero en las praderas y los campos aun cubiertos de nieve. Hace su nido en el suelo, siempre en un lugar soleado, bien disimulado entre una vegetación no demasiado alta. Se trata de un nido construido con hierbas secas, raíces finas, a veces musgo y liquen, y bien protegido con pelos en su parte interior. La hembra pone de tres a cinco huevecillos blancos salpicados de pequeñas manchas pardas y grises, y los incuba sola durante un periodo que va de los trece a los quince días. Tanto el macho como la hembra dedican gran atención a sus pequeños, durante aproximadamente el mismo tiempo; en esta etapa resulta sencillo reconocer a los polluelos de esta alondra por un dibujo bien marcado que presentan en el interior del pico. Esta alondra se alimenta principalmente de insectos, aunque en el momento de las migraciones también come granos. A partir del mes de septiembre y en octubre, la totovía vuela hacia el Mediterráneo, donde inverna.