Los disfraces del cangrejo araña

   Muchos son los ejemplos de enmascaramiento en el reino animal. Algunos cangrejos araña tienden a permanecer en terrenos donde sus colores armonizan, como Parthenope investigatoris, un cangrejo araña del océano Indico, de aspecto semejante al coral en el que vive. Otros cambian de color para confundirse con el sustrato elegido. Entre los centollos se cuen­tan muchas especies que se ocultan deliberada­mente con ayuda de algas, esponjas, hidroideos o briozoos, que sujetan individualmente y con firmeza a su caparazón. Emplean a veces una secreción pegajosa de la boca para reunir los fragmentos, pero es el caso que en muchos cangrejos araña su propia concha dispone de pelos y prominencias en forma de sierra o de gancho, enrollándose los primeros en torno a cualquier cosa que se ponga a su alcance. Muchos de los cangrejos araña más pequeños y comunes cubren su cuerpo de esta manera y, así, Camposcia retusa de los arrecifes tropica­les, se denomina cangrejo arlequín por el con­junto de fragmentos de diversos colores que coloca encima de su concha. Como contraste, la araña de mar común de nuestras costas (Inachus dorsettensis), un cangrejo diminuto de color pardoamarillento, esconde solamente su primer par de extremidades ambulatorias. Las especies que se enmascaran suelen darse con más frecuencia en las aguas claras que en aquellas donde la visibilidad es escasa. Cam­bian el disfraz cada vez que mudan la concha, pero a veces también lo hacen en otras cir­cunstancias. Cuando unos ejemplares Hyas, cubiertos de algas, fueron colocados en un acuario que contenía esponjas pero no algas, los cangrejos cambiaron su impropio enmas­caramiento de algas por otro más adecuado, a base de esponjas. Despojados de todo disfraz por el experimentador se mostraron muy per­turbados e insólitamente activos.