Alimento a cambio de algo


   Lo que es bueno para un animal puede también serlo para una planta, y viceversa, por cuyo motivo no debe sorprender que también plantas y animales dispongan de útiles relaciones cooperativas. Por ejemplo, el mutualismo entre flores e insectos es fundamental para la reproducción de muchas espe­cies vegetales. Los insectos visitan a las plantas para conseguir alimento, las plantas los espolvorean con polen, y los insectos lo llevan de flor en flor. Las abejas saben distinguir entre los colores blanco, amarillo, violeta y quizás ultravioleta, de sus flores favoritas, y los pájaros mosca tropicales se dirigen hacia sus flores preferidas por su rojo color, anun­ciador de abundante néctar. Además, otras plantas disponen de estructuras especiales, como la salvia silvestre que espolvorea con polen al insecto visitan­te, mediante un gatillo que tira de un estambre. Las flores aseguran su polinización ajustándose a un ho­rario, puesto que sincronizan misteriosamente sus momentos de florecer, con los hábitos de los insectos.