¿Cuándo domesticó el hombre a los primeros animales?

   El hombre primitivo pudo dar sus primeros pasos hacia la civilización sólo cuando aprendió a domesticar a los animales.
   En efecto, antes debía vagar por los bosques para cazar, tenía que per­seguir largo tiempo a las presas, y se veía obligado a emprender lar­gos viajes para seguir las migracio­nes de los animales. Cuando aprendió a tener de su par­te a determinados animales de los que obtenía leche, huevos y carne, el hombre primitivo estuvo en condiciones de construirse una vivienda estable, de dedicarse a pe­queños trabajos de artesanía y de desarrollar la agricultura en los te­rrenos que rodeaban su cabaña. Es probable que los primeros anima­les que criara el hombre fueran las aves. En los árboles o en el suelo era fácil hallar nidos de pequeños volátiles. Conducidas a la cabaña y alimentadas, las aves crecían y podían facilitar un buen número de huevos antes de ser sacrificadas y comidas.

   Domesticar y criar aves era induda­blemente mucho más fácil que cap­turar y tener junto a la cabaña a un peligroso mamífero de grandes di­mensiones.
   Que el hombre empezó muy pronto a criar aves lo demuestra el gran número de especies domésticas conocidas desde los tiempos más an­tiguos.
   Palomas, gallinas, patos y pintadas, por ejemplo, se hallaban presentes en todos los banquetes importan­tes de la Antigüedad. Los romanos conocían ya muchas razas de gallinas domésticas, y la pintada ya la criaban los griegos, que la llamaban gallina de África. El pavo real era muy apreciado en Grecia, después de que Alejandro Magno lo descubriera en la India. Debe tenerse en cuenta que el nú­mero de animales domesticados en estos últimos siglos ha sido muy bajo. Históricamente, la última de las aves de gran tamaño que vino a alegrar nuestras mesas en las grandes solemnidades como la Na­vidad, fue el pavo. Durante los úl­timos siglos el interés del hombre se ha centrado más particularmen­te en las máquinas que en los ani­males.