¿Cuándo apareció el perro co­mo amigo del hombre?

   Las inscripciones rupestres prehis­tóricas, lo mismo que las pinturas de las cuevas, representan escenas de la caza y de la vida en las aldeas primitivas. A menudo aparece en dichas representaciones el compa­ñero inseparable del hombre, es decir, el perro.
   Es la prueba más evidente de que el perro fue el primer mamífero que se acostumbró a morar en las vi­viendas humanas, compartiendo la suerte de los hombres primitivos, siguiéndoles en sus batidas de caza, ayudándoles y defendiéndoles con­tra los peligros de las fieras. Junto a las viviendas de los hom­bres de la Edad de Piedra se han encontrado varios cráneos fósiles de perros.
   Se trataba de razas distintas a las actuales, pero que atestiguan con toda certeza la antigua amistad en­tre el hombre y el perro. El ganado bovino y lanar, caracteri­zado por su mansedumbre, también aparece muy pronto en las aldeas primitivas, proporcionando una va­liosa reserva de alimentos. El hom­bre pasó a la fase del pastoreo en el momento en que logró domesticar a vacas y ovejas. Al ganado bovino se añadían en los cercados del hombre prehistórico los cerdos, parientes del jabalí. En el norte y centro de Europa se han hallado restos fósiles de cerdos, junto con otros de cabras y bueyes, en las proximidades de viviendas de la Edad de Piedra. Estas son las pruebas más antiguas del estado de domesticidad del cerdo en nues­tro continente. En China este animal ya se criaba en el año 4.000 a. de J.C.