¿Por qué el nombre de mantis religiosa?


   A primera vista, la mantis podría confundirse con un saltamontes de los prados. Pero basta un mínimo de atención para comprobar que el as­pecto externo de este insecto es muy distinto al de las inofensivas langostas verdes.
   La mantis es de un color verde claro que le permite identificarse perfec­tamente con la hierba. Para engañar a su presa permanece inmóvil entre los tallos, en posición vertical. Sus patas anteriores, dotadas de po­derosos ganchos, aparecen extendi­das hacia arriba en actitud de plega­ria y súplica que ha merecido a este insecto el calificativo de mantis re­ligiosa. Pero basta con que se le acerque cualquier animalillo para que las patas se extiendan de golpe, convirtiéndose en cepos mortales.