El hambre del lobo es verdaderamente insaciable. Caza todo tipo de animales del bosque (liebres, perdices, gamos), se conforma también con animales pequeños: ranas, pajarillos, topos, ratones de monte, pero la presa predilecta del lobo es la oveja. Llega, sin embargo, a comer sustancias vegetales, cuando el hambre lo acosa. El lobo se convierte en ferocísimo solo cuando se encuentra hambriento. En este caso, ataca incluso al hombre, del que, por lo contrario, tiene miedo cuando se siente harto.