La forma introducida de la carpa común era conocida por griegos y romanos, y durante mucho tiempo ha sido mantenida en estanques en muchas regiones de Europa. Al parecer, los romanos importaron la carpa de Chipre, y por este motivo le dieron el nombre de Cypnnus. Rápidamente fue introducida en Francia, Balcanes, Europa oriental, y quizá también en Inglaterra, Alemania y España. Se criaban entonces las carpas en estanques privados para el consumo doméstico, y quizá al retirarse los romanos desaparecieron estas minúsculas poblaciones. Más tarde se supone que, a partir de los núcleos que quedaron en Francia y en Europa oriental, se reintrodujo la carpa en Alemania e Inglaterra, introducción que parece ligada a la fundación de monasterios benedictinos, que la criaban para el sustento de los monjes.
En España existe un dato relacionado con esto: cuando se fundó el monasterio de Santa María de Conjo, en Galicia, allá por el año 1130, se le proveyó de un vivero para cría de peces, en el río Sar; pero sin duda no se trataba en este caso de carpas. El primer criadero europeo de carpas de que se tiene noticia es Wittingau, Checoslovaquia, cuyo primer estanque fue fundado en 1358, y que durante unos 400 años fue el centro más importante de la cría de carpas en Europa; poco tiempo después se empezó a aprovechar la carpa del río Danubio de manera racional, aportando al agua alimento para los peces en lugar de pescarlos simplemente, sin favorecer la población.
Las etapas siguientes de la expansión de la carpa pueden seguirse con relativa facilidad: a Inglaterra llegaría en el año 1514; a Prusia en 1585; a Dinamarca en 1560; a San Petersburgo en 1729; y a Norteamérica (California) en 1872.
Al parecer, quienes introdujeron la carpa en España fueron los reyes de la casa de Austria, quienes la importarían de Europa central en fecha difícil de precisar. Por entonces se emplearía únicamente como pez ornamental, en estanques privados. La penetración en las aguas naturales comenzó, al parecer, por el Tajo. La carpa se halla hoy en casi todo el país, habiendo sido citada con seguridad en los ríos de 25 provincias españolas. Es particularmente abundante en la mitad meridional de la Península.
Nunca ha sido la carpa un pez muy estimado en España. Como alimento, se le reprocha su sabor a lodo y la abundancia de espinas Como especies útiles para la repoblación de los ríos ibéricos se prefiere el salmón y las truchas, los lucios y las percas americanas.