En muchos lugares del mundo el cangrejo de río se considera como un exquisito manjar. A veces se comen crudos, aunque esto puede ser peligroso, ya que los cangrejos suelen llevar larvas de duela del hígado (gusano parásito). Si éstas son ingeridas con el cangrejo, emigran a los pulmones a través de la pared intestinal, y allí maduran hasta alcanzar la forma del parásito adulto. A su tiempo, el adulto libera los huevos que son expulsados con los esputos. De los huevos nacen larvas en primera fase (miracidios), que infectan a los caracoles. El ciclo del parásito se completa cuando un caracol infectado es devorado por un cangrejo.
Un aspecto interesante de la vida de los cangrejos de río es que crecen por mudas periódicas. En primer lugar, las sales de calcio depositadas en el antiguo caparazón son reabsorbidas y devueltas a la sangre, a partir de la cual se depositarán en el nuevo carapacho que se forma bajo el antiguo. En seguida el animal se despoja del viejo caparazón o de lo que queda de él. simplemente una cutícula dura y correosa, y su cuerpo absorbe agua y se hincha. Después las sales de calcio se van depositando en la nueva cutícula, y ésta tarda cierto tiempo en endurecerse.
La muda en un cangrejo de río dura unas seis horas. Durante este tiempo el animal ayuna y permanece escondido. Son momentos muy peligrosos para él; no sólo es mucho más vulnerable para sus enemigos, sino que además existe el riesgo derivado del propio proceso de la muda, que a veces le acarrea la muerte.