Tortugas Galápagos

   Todos hemos visto en algún jardín, ocultándose entre las piedras o arbustos que rodean una fuente, a la "tortuga casera". Es la especie más común de los galápagos americanos, y se identi­fica con facilidad por las alargadas mar­cas rojas que se observan detrás de los ojos; marcas que son la causa de que se le llame también clemmis de orejas rojas, o tortuga elegante.
   Los machos de esta especie tienen las uñas muy largas y las emplean para ena­morar a las hembras. Lo hacen de esta manera: al nadar en dirección a ellas, es­tiran sus patas delanteras y rápidamente agitan sus uñas arañando suavemente las mejillas de la hembra.
   Los machos no llegan a crecer tanto como las hembras, pero cambian de color: el verde que tienen en su juventud, pasa a ser pardo, café obscuro o negro, al en­vejecer, y pierden la mancha roja que te­nían en la cabeza.
   Los galápagos son reptiles parecidos a las tortugas, de vida acuática y con los de­dos unidos por membranas; miden hasta 40 centímetros de longitud, y de ellos se obtiene una carne suculenta y, por ello, muy apreciada.
   Los españoles llamaron equivocadamen­te galápagos a las tortugas gigantes que vieron en las islas ecuatorianas que hoy lle­van el nombre de Islas Galápagos o Archi­piélago de Colón.