Los reptiles, entre los que se incluye a las tortugas, serpientes, lagartos y cocodrilos, fueron los primeros seres marinos en salir a la superficie. Los rasgos que los distinguen de los anfibios son las escamas (para controlar la pérdida de agua), un huevo más duro con mucha yema (para permitir a la cría crecer antes de emerger), un corazón capaz de mover el oxígeno por todo el cuerpo con mayor eficiencia, y un cerebro más complejo.