La crianza en las carracas


   Las carracas anidan en los huecos de los árbo­les, en taludes o en las grietas de las rocas y muros. Frecuentemente, aprovechan las cavi­dades del pájaro carpintero, agrandándolas, y a veces también usan nidos de urraca y de paloma. Los huevos, en número de 2 a 5, son blancos y relucientes. El revestimiento del nido es muy parco, si es que lo tiene. Ambos sexos comparten la incubación, alternándose, pero la hembra pasa más tiempo en tal tarea. Los polluelos salen del cascarón al cabo de 17 o 18 días. Al principio, son alimentados por la hembra. El macho trae el alimento y se lo da a ella desde la entrada del nido. Cuando los polluelos se disponen a abandonar el nido (lo que ocurre al cabo de 25 a 30 días), llevan aún las plumas envueltas por una capa pro­tectora cerosa. Como ocurre en sus parientes cercanos, dicha envoltura se rompe poco an­tes de que los polluelos dejen el nido.