Lo que comen los caracaras


   El alimento de los caracaras varía según la especie: algunos, como los de cuello amarillo y de cuello rojo comen incluso frutos, cuando la carne escasea. El caracara común es carroñero, con hábitos parecidos a los de los bui­tres. Busca los cadáveres y despojos y, .como los buitres, se alimenta más de las presas que pululan en ellos que de la carne putrefacta. Suele frecuentar los mataderos y cunetas de carretera en busca de carroña, y también si­gue los ríos por si encuentra cadáveres flotan­tes. La franja de piel desnuda alrededor del pico, rasgo que el caracara comparte con los buitres, parece ser una adaptación que per­mite al animal introducir la cabeza en el in­terior del cadáver sin ensuciarse las plumas.

   Además de carroñero, el caracara común es también cazador de gran variedad de pre­sas, desde moluscos capturados en las playas y ribazos, hasta conejos, tortugas y jóvenes aligátores. Se les ha visto también devorar ra­tas, ratones, perros de las praderas, ranas, es­carabajos y saltamontes. En las islas Tres Marías sus víctimas más frecuentes son las iguanas. Los caracaras cazan desde el aire, lanzándose sobre la víctima escogida, pero también pueden apresarla en el suelo, ya que sus largas patas les permiten correr a buena velocidad.

   En ocasiones, los caracaras cazan por pare­jas, mostrando, al parecer, un alto grado de inteligencia. Una vez se observó a uno de es­tos animales escondido tras una mata de hier­ba, mientras otro danzaba frente a un corderillo, intentando conducirlo hasta su compa­ñero escondido. La trampa no tuvo éxito por­que la oveja llamó a su vástago cuando éste comenzaba a seguir al caracara.

   La dieta de otras especies es similar a la del caracara común. Se ha visto al caracara de cuello rojo causar desastres en los nidos de la formidable avispa llamada "guitarrón". Este insecto construye un nido de 1,2 a 1,5 m de longitud, sujeto a una rama o tronco de árbol. El caracara se posa en el avispero, in­troduce sus espolones en los orificios del mis­mo desgarrando sus paredes, y a continuación devora las larvas que se albergan en su inte­rior. Al parecer es inmune a las picaduras de las avispas. El caracara de cabeza amarilla y el caracara chimango suelen cabalgar a lo­mos del ganado vacuno, arrancando las ga­rrapatas de la piel. A largo plazo esto puede representar un beneficio, pero también, perju­dican al ganado, pues con tal operación tien­den a abrir de nuevo las viejas llagas.

   Los caracaras, como los págalos y otros carroñeros. con frecuencia se dedican al pillaje, robando presas a otras aves. Se les ha visto atacando a las águilas y forzándolas a soltar sus presas. Otras veces se apostan cerca de las colonias de pelícanos, esperando a que regre­sen con su provisión de pescado. En cuanto Aquéllos alcanzan la tierra firme, los caraca­ras se lanzan en picado sobre ellos, chillando y acometiéndoles con sus espolones. Ante tal ataque los pelícanos regurgitan el pescado, y los caracaras aterrizan y lo devoran con pron­titud.


   Nidificación temprana
   En Florida los caracaras nidifican en diciem­bre, pero ponen la mayoría de los huevos en enero y febrero. Construyen el nido con ra­millas que arrancan de los árboles. A veces lo cubren groseramente con una capa de ho­jas. Ocasionalmente levantan el nido en el suelo, pero la mayor parte de las veces lo hacen en lo alto de un árbol aislado. En los desiertos nidifican sobre altos cactos.

   Ambos sexos participan en la construcción del nido, y también en la incubación, que dura aproximadamente un mes. Ponen de 2 a 3 huevos, y los polluelos permanecen en el nido durante dos o tres meses, alimentándose de carne fresca traída por sus padres. En América del Sur estas aves pueden tener dos crías al año.