En ciertas especies, el penúltimo artejo del último par de patas tiene un dispositivo, el calamistro (una o dos filas de pelos, verdadero peine) utilizado para "peinar" la secreción del críbelo, órgano situado delante de las hileras donde surge el hilo para la tela.
En efecto, el líquido glutinoso que fluye por los orificios de las hileras se endurece instantáneamente al contacto con el aire, convirtiéndose en el hilo con que fabricarán la tela. Este hilo es extraordinariamente resistente y está compuesto por numerosos hilillos finísimos (igual procedimiento usa el hombre para confeccionar sus resistentes cables y maromas, con alambres o fibras retorcidos).
Una araña utiliza varias "calidades" de hilo: seda para el capullo (ooteca), hilo elástico, viscoso para los hilos apresadores, etcétera.