Las cestas de mar son equinodermos emparentados de cerca con las ofiuras y las estrellas de mar. Se caracterizan por tener los cinco brazos muy ramificados en la mayoría de las especies. Cada uno de los brazos se bifurca cerca de su base, y los dos así formados lo hacen a su vez, y así hasta que los típicos cinco brazos llegan a formar una especie de cesto. En los ejemplares muertos de cestas de mar los brazos se enrollan, de forma que las ramas exteriores, parecidas a zarcillos, forman una masa enmarañada que recuerda la cabeza de la gorgona. (En la mitología griega las gorgonas eran tres hermanas que tenían serpientes en lugar de cabellos, y ante cuya mirada el hombre se convertía en piedra.) Otro nombre que reciben estas estrellas arborescentes, por lo tanto, es el de estrellas de mar de cabeza de gorgona (
Gorgonocephalus). En algunas especies muy afines, los brazos carecen de ramas, pero son largos y como zarcillos. Todas disponen de brazos articulados que pueden enrollarse verticalmente, mientras que en las ofiuras sólo es posible una curvatura lateral. Viven en el mar a profundidades que oscilan entre los 15y los 1.500 m. Las más grandes miden hasta 70 cm con los brazos totalmente extendidos, y el disco, como se llama al cuerpo central, unos 10 cm. En otros equinodermos, tales como estrellas y erizos de mar, la superficie se encuentra cubierta de protuberancias calcáreas, tubérculos, placas o espinas. La cesta de mar está cubierta de una piel en la que se incrustran granulos calcáreos y, en ocasiones, pequeños tubérculos. En nuestras costas y normalmente a gran profundidad, se encuentran diversas especies de cestas de mar; las más comunes son:
Astrospartus mediterraneus,
Gorgonocephalus costosus,
G. eucnemis y
G. lincki.