Bien protegidos de los enemigos
Los pequeños ciempiés son devorados por las aves cuando la pala o el azadón los deja al descubierto, pero se hallan bien protegidos de los enemigos de su propio tamaño por su mordedura venenosa. A un varano malayo, después de la disección, se le encontró el estómago casi lleno de grandes Scolopendra. Muy pocos animales, sin embargo, muestran un apetito tan feroz como el varano, y estos grandes ciempiés deben tener pocos enemigos que les inquieten.
Cuando se les ve combatir enfrentados a arañas o escorpiones de su propio tamaño, en peleas montadas como espectáculo, resultan casi siempre vencedores.