Mosquitos portadores de enfermedades

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   Hasta el final del siglo XIX muy poco se sabía acerca de los mosquitos fuera del hecho indiscutible de que se trata­ba de insectos molestos, pero se los conside­raba inofensivos. Algunos investigadores sos­pecharon que pudieran ser portadores de en­fermedades, pero no se había hecho ninguna prueba demostrativa. La primera demostración se debió al investigador inglés Patricio Manson, que en 1879 probó que un mosquito, Culex fatigans, era portador de un gusano del géne­ro Filaria productor de la elefantiasis, una terrible enfermedad tropical. El segundo fue el entonces mayor del ejército británico Ronaldo Ross, simultáneamente con el médico ita­liano Juan Bautista Grassi, que en 1898 pro­baron que los mosquitos del género Anopheles eran los trasmisores del paludismo o malaria. Finalmente, en 1900 Gualterio Reed, médico militar estadounidense; Jaime Carroll, investigador irlandés, y Jesse W. Lazear, médico estadounidense, comprobaron en Cuba la tesis sostenida desde 1881 por el médico cubano Carlos J. Finlay de que los mosquitos del género Aedes eran los vectores de la fiebre amarilla.

   Como consecuencia de esas investigaciones se iniciaron inmediatamente cuidadosos estu­dios sobre los mosquitos, que se continúan aún hoy. Se han estudiado las diferentes especies, los ciclos biológicos de las mismas, y se han desarrollado técnicas para combatirlos. Se conocen alrededor de 1.000 especies diferentes de mosquitos y algunas de dichas especies son trasmisoras de enfermedades que afectan al hombre y a los animales.

   Los mosquitos pertenecen al orden de los dípteros o sea el de los insectos con dos alas membranosas en el cual entran también las moscas, los tábanos, los jejenes, etc. Son pequeños, alargados, con patas largas y alas relativamente angostas y constituyen la familia Culicidae. Tienen una franja de pelos cortos escamosos en el margen de las alas, y en la mayoría de las especies también hay una franja de estas escamas sobre las nervaduras de las alas. Las antenas de la hembra parecen sim­ples, pero poseen anillos de pelos que se ven sólo con aumento, en tanto que los machos tienen las antenas plumosas.

   En la América Latina se conocen actualmen­te unas 650 especies de mosquitos pertenecien­tes a varios géneros.