La constante tibieza y mucha humedad del bosque amazónico son el medio ideal para una porción de reptiles y anfibios de sangre fría. En todos los niveles del bosque hay una impresionante variedad de especies, todas magistralmente camufladas para confundirse con la vegetación de los bordes de corrientes y estanques, de riberas fluviales y del dosel arbóreo.
Una pequeña porción de la cuenca, situada en el este de Ecuador, de apenas tres kilómetros cuadrados, resultó contener 87 especies de ranas y 91 de reptiles. De conformidad con los estudios realizados se vino a descubrir que estos seres se adaptan a la fuerte competencia por el espacio, aprovechando su medio al máximo. Por ejemplo, las ranas que comparten el mismo terreno para alimentarse se valen de hasta 10 modos diferentes de depositar sus huevos, a veces en el agua, a veces en tierra, pero siempre escogiendo el mejor modo de usar el espacio a su alcance.