El ganadero se dedica a seleccionar, cuidar y alimentar bueyes, vacas, toros y terneros destinados a las carnicerías, a la producción de leche, al trabajo agrícola o a la reproducción.
La vida del ganadero depende de sus métodos y de la importancia de su explotación. La vida es ruda, pero libre, para el ganadero aislado con su manada en la montaña. En cambio, para aquel cuyos animales pastan en prados cercados la vida es más fácil; más penosa lo es para el que guarda su ganado en el establo, pues ha de asegurar permanentemente su higiene, alimentación y explotación, a menos que, si es un técnico moderno, distribuya automáticamente un alimento compuesto racionalmente de productos industriales y organice por medios mecánicos el ordeño y la conservación de la leche. Cualquiera que sea el método, el gran problema del ganadero sigue siendo la administración de su explotación; es decir, cómo lograr más y mejor producción con el menor gasto.