Los termes viven sobre todo en África, en sociedades organizadas similares a las de las abejas o las hormigas. Su cuerpo, muy frágil, teme los rayos del sol y por eso estos animales se desplazan a través de las galerías que excavan. En ocasiones, estos voraces insectos devoran interiormente un árbol o un mueble sin que se note exteriormente. Su nido, el termitero, está formado por ramitas unidas entre sí por un cemento natural tan duro que para destruirlo es necesaria la piqueta y, a veces, la dinamita. Una ingeniosa ventilación mantiene la temperatura interior entre los 15 y los 25 grados. Las hormigas son el enemigo inveterado de los termes, algunas de cuyas especies viven en Europa.
Las industriosas termitas
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Estos pequeños insectos, que miden entre 3 y 20 milímetros, constituyen una auténtica amenaza para los objetos de madera. Viven raramente fuera de las regiones cálidas. Construyen enormes nidos o termiteros, que llegan a alcanzar hasta 5 metros de altura.
Los termes viven sobre todo en África, en sociedades organizadas similares a las de las abejas o las hormigas. Su cuerpo, muy frágil, teme los rayos del sol y por eso estos animales se desplazan a través de las galerías que excavan. En ocasiones, estos voraces insectos devoran interiormente un árbol o un mueble sin que se note exteriormente. Su nido, el termitero, está formado por ramitas unidas entre sí por un cemento natural tan duro que para destruirlo es necesaria la piqueta y, a veces, la dinamita. Una ingeniosa ventilación mantiene la temperatura interior entre los 15 y los 25 grados. Las hormigas son el enemigo inveterado de los termes, algunas de cuyas especies viven en Europa.
Los termes viven sobre todo en África, en sociedades organizadas similares a las de las abejas o las hormigas. Su cuerpo, muy frágil, teme los rayos del sol y por eso estos animales se desplazan a través de las galerías que excavan. En ocasiones, estos voraces insectos devoran interiormente un árbol o un mueble sin que se note exteriormente. Su nido, el termitero, está formado por ramitas unidas entre sí por un cemento natural tan duro que para destruirlo es necesaria la piqueta y, a veces, la dinamita. Una ingeniosa ventilación mantiene la temperatura interior entre los 15 y los 25 grados. Las hormigas son el enemigo inveterado de los termes, algunas de cuyas especies viven en Europa.