La anaconda, boa de gran tamaño, vive en los árboles situados a la orilla del agua o entre la vegetación acuática. Es una serpiente gris con manchas pardas o negruzcas que mide diez metros de longitud, nada excelentemente y no duda en enfrentarse a los cocodrilos. De cualquier forma, prefiere animales más tiernos —herbívoros, monos o
grandes aves— a los cuales asfixia con la presión de sus anillos. Antes de tragárselos enteros, les rompe los huesos. A continuación, inmóvil en su árbol, dedica varios días a la digestión. La anaconda, rival en este aspecto de nuestras zorras, se aventura también de noche en los corrales de los poblados indios, donde lleva a cabo verdaderos estragos.